Feliz navidad a todos. En estas fechas tan señaladas solo se me ocurre desearos lo mejor para vosotros y los vuestros. Yo personalmente no me siento con ánimo para celebrar nada. Mi madre, la persona que mas he querido y jamás querré, se desvanece poco a poco victima de una de las lacras de este siglo: el maldito Alzehimer. Su cerebro, lleno de bondad y de amor en otros tiempos es ahora pasto de una confusión mental que se acrecienta día a día a pasos agigantados, y yo, cual convidado de piedra, solo puedo mirar sin que nada de lo que haga pueda evitarlo, esperando con angustia a que llegue el día en que, ni tan siquiera, recuerde como me llamo.
¡Vamos!, salid ahí fuera y agarrad con uñas y dientes a los que realmente queréis, porque mañana puede ser demasiado tarde.
A vosotros, amigos y compañeros de patrulla que tantas horas pasáis conmigo, perdón. Mi disculpa es por anticipado por la sucesión de acontecimientos que se avecinan en mi vida. Si alguna vez peco de estar mas callado de lo habitual o si me veis un poco perdido los siento, porque parte de mi corazón estará con vosotros y la otra parte estará sufriendo con ella, en algún rincón oscuro de mi mente. Os agradezco los momentos que pasamos juntos de risas y buena armonía que me hacen sobrellevar esta pesada carga que a veces no me deja ni respirar. Como dice mi suegra, creyente convencida, ahora nos toca a llevar a nosotros la cruz.
Recuerdo el otro día cuando socorrimos a aquella señora que se alejo en un descuido de la residencia de mayores. Yacía tirada en medio de la carretera, sola, helada como un témpano y magullada por la caída. Vosotros estuvisteis allí, junto a ella, calmándola y haciendo lo posible por reconfortarla; padecía de Alzheimer. En aquel momento creí reconocer a mi madre en su rostro, y cuando le pregunte si tenia hijos y respondió que si, que tenia dos pero que solo recordaba el nombre de uno, se me rompió el corazón, porque en aquel momento fui realmente consciente de lo que me esperaba, y de que ese otro hijo algún día llegaría a ser yo. Me siento orgulloso de vosotros chicos, y es para mi un honor teneros como amigos y como compañeros.
Gracias a todos por seguir mi blog, y aunque ahora no atravieso el mejor de los momentos lanzar desde aquí un mensaje de positividad y desearos mucha paz y felicidad en estas fechas.
Os dejo con este cuento de navidad de la película “Smoke”. Para comprender el tercer video tenéis que ver los dos anteriores. Habla de valores que debemos conservar y que marcan la diferencia entre las personas y las bestias.
Un abrazo sincero.